El mito del reemplazo del implante mamario a los 10 años fue una realidad hasta finales del año 2012.
Actualmente aun se sigue desinformando que los implantes mamarios tienen una vida útil entre ocho a diez años y luego deben ser reemplazados. Sin embargo, esto no es cierto. Los avances tecnológicos han llevado a la creación de una nueva generación de implantes (quinta y sexta generación) que son elaborados con altos estandares de calidad del gel de silicona altamente cohesivo que han sustituido a las antiguas prótesis y garantizan una vida útil mas alla de lo que estuvo normado.
En la actulidad las prótesis mamarias han evolucionado, incorporando en su estructura una envoltura multilaminar y una textura menos rugosa (microtexturizada o lisa), es decir, su revestimiento es mucho más grueso y resistente. Esto permite que el roce con los tejidos mamarios no desgaste con tanta rapidez la prótesis, evitará roturas y, en caso de que éstas se produzcan, el gel permanecerá dentro de su envoltura (cápsula periprotésica de cada paciente). La calidad de las prótesis mamarias de última generación es indiscutible ya que cumplen con una normativa muy exigente y por eso son extremadamente seguras.
Las prótesis mamarias de hoy en día tienen un alto grado de cohesividad, es decir, sus moléculas de gel están muy bien adheridas las unas a las otras. Además, cada vez más los implantes mamarios se asemejan más y más a lo natural, hecho que permite que permanezcan en el cuerpo de la paciente durante muchos años. Son implantes que se ajustan de manera tan natural que quienes los llevan ni lo recuerdan.
Por tanto, las prótesis de gel de silicona altamente cohesivo de microtextura o lisa son más firmes, más seguras y nos garantizan una mayor durabilidad.
Condiciones para un recambio protésico
La vida útil de los implantes de seno varía según la persona y no se puede predecir. Eso significa que todas las personas con implantes de seno pueden necesitar cirugías adicionales, pero nadie puede predecir cuándo. Los pacientes también pueden solicitar cirugías adicionales para modificar el tamaño o la forma de sus senos o tambien solicitar de forma voluntartia el retiro de las mismas.
Lo que con certeza se debe informar con profesionalismo y ética médica es NO EXISTEN PRÓTESIS MAMARIAS ETERNAS.
A pesar de la evolución tecnológica en los nuevos implantes mamarios, existen otros condicionantes externos a la cirugía que pueden ocasionar la necesidad de un recambio protésico:
- Sin lugar a duda, la primera causa de cambio de los implantes es el cambio en el deseo de la paciente.
- Principalmente, los cambios físicos que sufre el cuerpo de la mujer a lo largo de los años pueden afectar a la vida del implante tras una intervención de aumento de pecho.
- Los cambios que sufre el pecho tras la lactancia o los cambios hormonales durante la menopausia llevan, en un gran número de ocasiones, a una nueva intervención. Estas operaciones podrán ser para un recambio protésico y en otras simplemente para una elevación de pecho. El cirujano valorará personalmente en cada caso cuál es la mejor opción.
- La contractura capsular es una entidad poco frecuente (sucede hasta en un 6 al 8 por ciento de las prótesis) que depende de la paciente, el tipo de prótesis y el plano en el que ésta se coloca. Aparece como un endurecimiento a la palpación de la prótesis y un ascenso de éstas, en ocasiones doloroso. Esta complicación puede ser frecuente de forma indistinta tanto en los implantes de superficie lisa como los microtexturizados. Su tratamiento suele ser quirúrgico.
- La rotura de la prótesis ocurre por deterioro del material. No conocemos el tiempo que debe pasar para que se produzca, ni los factores exactos que la generan, aunque la propia fatiga o estrés del material es una de ellas.
- En el caso del linfoma anaplásico de célula gigante asociado con implantes (LACG-AC). La sospecha clínica aparece también por un cambio en el volumen de una de las mamas, que aumenta. Esta entidad tiene una prevalencia muy baja, 1 casi por cada 16.018 mujeres implantadas. Se diagnostica por la aparición de un seroma (acúmulo de líquido alrededor de la prótesis) tardío, generalmente a partir del año de implantación.
- Por otro lado, es importante tener en cuenta la edad con la que se realizó el aumento de pechos. Es decir, si la intervención se produjo cuando la paciente tenía unos 20 o 25 años es casi seguro que necesitará pasar por el quirófano al menos una vez más en la vida. Todo ello teniendo en cuenta que la vida útil de las nuevas prótesis es de una media de entre 15 -20 hasta 25 años.
- En cuanto a la relación con las enfermedades autoinmunes y otros síntomas (Síndrome de ASIA/BII), todavía no existen trabajos concluyentes. Los cirujanos plásticos debemos permanecer alerta ante los signos de sospecha.
Seguimiento médico periódico
Las pacientes con implantes deben de llevar un control médico para conocer el estado de las prótesis y esto se realiza visitando a nuestro cirujano con la periodicidad que nos indique y mediante ecografías al menos una cada dos años durante los primeros 10 años y a partir de ahí, una revisión y ecografía anual. Cada paciente debe de valorar junto con su médico cirujano cuál es el momento apropiado para sustituir sus prótesis.
La paciente deberá realizarse una ecografía cada dos años en los primeros diez años y posterior a esto una ecografía anual para valorar las características del implante.
Nunca minimizar la visita con periodicidad (al menos 1 vez cada dos años) al cirujano que realizó la operación.
Ante el más mínimo síntoma de fatiga del implante se debe realizar una resonancia magnética para determinar si el implante se ha roto o no. Si un implante se cambia en el momento agudo en el que se ha roto no produce ningún tipo de efecto secundario. No va a producirse derrame de silicona ya que los implantes son de alta cohesividad, es decir, sus moléculas de gel están muy bien adheridas las unas a las otras y no suelen migrar hacia ningún sitio.
Cada paciente tiene por obligación y derecho de conocer que el cirujano plástico tratante sea un médico cualificado y certificado. Si es posible, acuda al cirujano que la operó por primera vez, que es el que sabe exactamente la técnica que se usó. Si no, aporte el máximo de información al cirujano, incluyendo el tipo de implante (habitualmente se dan unas tarjetas con información del implante que han de conservarse de por vida).